viernes, 7 de abril de 2017

La economía ha dejado de ser ciencia, para convertirse en religión, con sus dogmas, rituales e iglesias.

La economía está cobrando un protagonismo excepcional. Todos estamos pendientes de los juicios de los economistas para vislumbrar algún resquicio de luz en este túnel tenebroso. La “ciencia económica” debería ser científica, pero no tiene nada de ello; ha dejado ser ciencia para convertirse en una religión con sus dogmas, rituales, sacerdotes, ritos, iglesias, etc. Debemos dejarla en manos de expertos, al estar muy lejos del entendimiento del hombre corriente, en un lenguaje cada vez más arcano. La liturgia debe celebrarse en una lengua oscura, solo accesible a los iniciados. Para el resto, basta con la fe. Por Cándido Marquesán

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