miércoles, 11 de agosto de 2021

Unai Sordo (CCOO): "Hay intereses altísimos para que el sistema público de pensiones proteja menos".

 

Entrevista completa de Fernando Ónega al secretario general de Comisiones Obreras sobre la reforma de las pensiones. En el Portal digital 65yMás.

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Unai Sordo (@UnaiSordo) (Baracaldo, 1972), secretario general de Comisiones Obreras (@CCOO), llega al plató de 65YMás en un tórrido día de verano, con la satisfacción de haber logrado la primera parte del acuerdo de la próxima reforma en pensiones el pasado 6 de julio. Consciente de que hay aún muchos temas por negociar y que según sus propias palabras a partir de septiembre se abre una nueva fase "compleja", hace un hueco para mostrar su opinión crítica sobre dos de los asuntos más polémicos que rodean esta reforma y que han saltado a la palestra tras declaraciones polémicas del ministro José Luis Escrivá. Por un lado, la financiación de las pensiones del baby boom de aquí a 2048 y la famosa ampliación de 25 a 35 años del periodo de cómputo de la pensión filtrada a medios de comunicación, pero que finalmente no se envió en la propuesta a Bruselas. Dos asuntos clave, que, en su opinión, deberán abordarse en la próxima fase de negociación, sobre todo el primero, porque es "urgente" saber cómo se pagarán las prestaciones de las próximas décadas.

FERNANDO ÓNEGA. –Queremos hablar con usted de varios temas de actualidad. En particular de algo muy sensible para esta casa, como son las pensiones, y otras cuestiones sociales en las que usted junto con Pepe Álvarez y la patronal son protagonistas fundamentales. Casi todo lo que se está decidiendo es fruto de pactos que ustedes han logrado. Hablamos primero de pensiones. Minuto y resultado, Unai. ¿Cuál es el estado de la cuestión de la reforma de las pensiones en estos momentos?

UNAI SORDO. – Yo creo que es un estado de situación mejor que el que teníamos hace apenas unas semanas, porque hemos suscrito un acuerdo que ahora se tiene que tramitar como proyecto de ley, que supone cambiar la perspectiva que en la última década se había establecido sobre el llamado “problema de las pensiones”. Un problema que se sustancia en una evidencia y es que de aquí al año 2048 va a haber un 50% más de personas pensionistas, que previsiblemente vamos a cobrar una pensión de mayor cuantía y durante más tiempo.

Y para hacer frente a esta realidad había dos opciones. Una, ir al recorte generalizado de las pensiones para que el gasto futuro no se incremente. O dos, asumir que esa mayor cuantía de esas nuevas pensiones requiere un incremento importante en el gasto y por tanto hay que ir previendo las fuentes de financiación para hacer frente a este gasto. Creo que hemos pasado de la lógica del recorte a la lógica de la estructura de ingresos de las pensiones y de ir derogando los asuntos de la reforma del 2013, pensados precisamente para reducir la cuantía de las futuras pensiones.

Por tanto, estamos mejor que hace unos meses, unas semanas, pero aún queda desarrollar todas estas medidas que tienen que implementarse, algunas a corto, muchas a medio, e incluso a largo plazo y continuar con una segunda fase de la negociación que va a ser compleja.

F. Ó.– ¿Cuáles son las medidas que faltan? Conocimos lo aprobado. ¿Qué nos falta ahora?

U. S.– Por citar una, el régimen de cotización de los trabajadores autónomos, que tiene que cambiar hacia uno en el que se cotice según los ingresos reales. Hay otros elementos que hay que abordar como es el destope de las bases máximas en las cotizaciones. En España a partir de los 49.000 euros de salario ya no se cotiza. Esto no parece muy razonable. Se pueden destopar estas bases máximas, seguramente mejorando también el umbral de pensiones máximas. Hay que abordar también el llamado índice de equidad intergeneracional, que está llamado a sustituir al factor de sostenibilidad que hemos derogado, que era una fórmula que conllevaba un recorte de las pensiones futuras en función de que mejorase la esperanza de vida. Esto hay que sustituirlo por un nuevo índice, que veremos si se produce con acuerdo o no. Lo único que hemos abordado es la negociación, veremos el resultado de la misma…

F. Ó.– También se habla del periodo de cómputo entre las próximas medidas a abordad. A lo largo de la historia CCOO ha firmado dos veces para ampliarlo, e 1996 estábamos en 8 años, de 15 se pasó en 2012 a 25 años…. Se sabe que el Gobierno podría proponer una ampliación a 35 años, que mucha gente entiende como una rebaja de las pensiones. ¿Usted cómo lo ve?

U. S.– Incrementar el período de cálculo de la base reguladora de 25 a 35 años supone una rebaja del coste de las pensiones, supone un recorte en el gasto de las pensiones. Esto es así. Es verdad que incrementar el periodo de cálculo, no afecta a todo el mundo igual. Antiguamente, las carreras de cotización de los trabajadores y de las trabajadoras eran en su mayoría de cotizaciones crecientes. En la medida en que se hacían más mayores y se acercaban a la edad de jubilación, en general tenían mejores bases de cotización. Esto hoy en día ya no es necesariamente así.

Y de hecho las personas que pierden el empleo a partir de los 50 años, suelen tener serias dificultades para encontrar trabajo y cuando los encuentran es muy habitual que coticen por menos que antes. Con lo cual, incrementar el periodo de cálculo, incluso les puede beneficiar. Es decir, hoy en día la situación ha cambiado. Ya no es homogénea, pero en términos agregados, incrementar el periodo hasta los 35 años lo que hace es un recorte en el gasto en pensiones. Por tanto, nosotros no estamos de acuerdo.

¿Qué es lo que ocurre? Que a nosotros nadie nos está planteando esa subida de años de la base reguladora hasta los 35 años. Veremos si esto se sustancia en la mesa, veremos si hay una propuesta por parte del Gobierno alternativa a la que en su día generó tanta polémica y veremos si se complementa con otro tipo de medidas. Porque claro, las personas que pierden el empleo a partir de una cierta edad, tienen problemas de lagunas de cotización, de cotizar muy por debajo de lo que venían haciéndolo ... En la medida en que se puedan cubrir estas lagunas de cotización, mediante medidas compensatorias, el efecto es uno o es otro. Por lo tanto, este es un problema más complejo de lo que aparentemente se plantea.

Pero ya digo que de base y de forma taxativa, CCOO no está de acuerdo y no va firmar un incremento del periodo para calcular las bases de cotización de 25 a 35 años, porque por mucha medida paliativa que se planteara, generaría un recorte agregado en las pensiones. Y porque cuando hablamos de 35 años de carreras de cotización, muchas personas van a tener problemas para cubrirlos. Ya no es que sea el periodo para calcular la base reguladora, es que haya personas que no lleguen a los 35 años de cotización. Estamos hablando de unos periodos demasiado largos y creo que el Gobierno no debería ni siquiera poner esa medida sobre la mesa.

F. Ó.– Ha mencionado usted al ministro Escrivá. He leído declaraciones que aseguran que tiene un discurso ambiguo, incluso contradictorio. ¿Ustedes lo han percibido?

U. S.– Yo más que un discurso contradictorio, creo sinceramente que el ministro ha patinado en algunas declaraciones que ha hecho y particularmente cuando cerramos el acuerdo de pensiones hizo una serie de afirmaciones sobre el índice de equidad intergeneracional que tenemos que negociar y las pensiones del baby boom. Lo que dijo responde a lo que él piensa, pero no a lo que se ha planteado en ninguna mesa. Yo creo que Escrivá y el Gobierno tienen un problema con esta cuestión y es que no debería lanzar un mensaje sobre las pensiones pensando en Bruselas y otro pensando en España, en los ciudadanos españoles y en los pensionistas.

F. Ó.– ¿Y en los votos?

U. S.– Claro es que el colectivo pensionista, no el actual sino los futuros, toda la generación del baby boom, los que nos vamos a jubilar desde ahora hasta 2048, vamos a ser más de 15 millones de personas. Nuestro interés es fácilmente reconocible, que haya un sistema público de pensiones suficiente y sostenible. Y esto tienen su complejidad, porque tiene su sensibilidad electoral.

No es ninguna casualidad que más allá de la disputa política que se ha establecido después de anunciar el acuerdo que hemos alcanzado, –donde todos los partidos, salvo Vox, votaron a favor de las recomendaciones del Pacto de Toledo–, ahora, algunos como el PP lo critiquen. ¿Por qué? Porque es un tema sensible. Los partidos quieren salir con la carita limpia y no lanzar ningún mensaje negativo a los pensionistas.

Lo que hay que hacer es asumir los retos que hay por delante. Si queremos sostener un sistema público de pensiones suficiente, habrá que tratar su financiación ahora y a 37 años vista. Luego el gasto decrecerá porque las siguientes generaciones son menos numerosas. De aquí a 2048 hay que ver cómo se plantea, si dedicar 3 puntos más del PIB, destinados a esas futuras pensiones del baby boom. Y esto es lo que hay que decirle a la ciudadanía española y también a Europa.

Lo que pasa es que tenemos el discurso de los agoreros por un lado y luego el de los mágicos, de que aquí no pasa nada. Es que sí pasa. Pasa que tenemos que pagar más de 30.000 millones de euros más al año en las próximas décadas. Y hay que decir a la gente cómo financiamos esto. Y luego decidir democráticamente si lo queremos hacer o no. Desde el punto de vista de Comisiones Obreras, hay que hacerlo. Y ese es el debate ahora mismo.

F. Ó.– ¿Lo que usted percibe en la militancia de CCOO, en qué está la mayoría agoreros o tranquilos que no pasa nada?

U. S.– Yo creo que somos la organización social que con más rigor ha asumido el reto de las pensiones históricamente en España. Y hemos tenido posiciones en todo momento de explicar a la gente la profundidad de las cosas y, por tanto, no tenemos una posición agorera porque no está predeterminado en ningún sitio que el sistema sea insostenible.

Ahora, vamos a la otra parte, lo que tampoco se puede decir es que aquí no pasa nada. Hay de 10 a 15 millones de pensionistas con más esperanza de vida y cotizaciones más altas, pues el gasto en pensiones se va a incrementar entre 3 y 4 puntos del PIB. Y hay que asumir si el país quiere dedicar, 3 euros y pico de cada 100 euros de más de lo que hoy en día dedicamos para pagar las pensiones. Yo creo que merece la pena para garantizar el bienestar de las futuras generaciones de pensionistas, porque es un factor de equidad social muy importante y uno de los grandes factores de estabilidad macroeconómica que tiene un país. ¿Qué hubiera pasado en España sin la garantía de los ingresos de los pensionistas que han sostenido a hijos y nietos en la crisis de 2008 y del año 2010?

F. Ó.– La alternativa, supongo que improvisada del ministro Escrivá fue decir o cobran menos o trabajan más. ¿Sabe usted si el ministro sigue manteniendo eso? Y en todo caso, ¿cómo le ha sonado a usted?

U. S.– A ver, aquí es bueno no hacer grandes especulaciones, y si el Gobierno quiere hacer un planteamiento sobre en qué tiene que consistir el índice de equidad intergeneracional, lo tendrá que plantear en las negociaciones seguramente a partir de septiembre. Y a partir de que veamos una propuesta encima de la mesa, opinaremos. Yo creo que no es muy bueno hacer grandes valoraciones sobre ideas que se dejan caer, que a veces puedes parecer globos sonda.

Porque es como si yo dijese que, como va a haber más personas pensionistas con cotizaciones más altas y más esperanza de vida, ¿por qué no incrementamos dos puntos las cotizaciones sociales de los salarios medios altos? A lo mejor a mí se me podría ocurrir que a partir del 2030, se aumenten las bases de cotización, a partir de los 39.000 euros, por decir algo, porque el tema de la esperanza de vida tampoco es homogéneo. Si yo dijera esto, estaría lanzando una ocurrencia, que no se ha consensuado en ninguna mesa de negociación. Y yo lo podría hacer para que todo el mundo opinara. Pero yo creo que en un tema tan serio como este, conviene no pegar muchos tiros al aire sin tenerlos sustentados en una propuesta.

Yo creo que la tesitura no es trabajar más o cobrar menos, yo creo que la tesitura es ver cómo mejoramos la estructura de ingresos generales del sistema, cómo generamos mejores empleos, cómo generamos mejores salarios, y cómo garantizamos un flujo de financiación desde los Presupuestos Generales del Estado para garantizar esa viabilidad y suficiencia del sistema de pensiones.


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